Hace
apenas un mes que un claustro del IES Jovellanos de Gijón sacó a la luz los
primeros rumores sobre los planes que la Consejería de Educación tiene para el programa
bilingüe en Asturias, una de las comunidades autónomas pioneras y más exitosas
en el desarrollo del mismo. Estos rumores, que se difundieron rápidamente entre
el profesorado y alarmaron a aquéllos que están inmersos en el proyecto,
revelaban tres cambios fundamentales que lo perjudicarían gravemente. En primer
lugar, se afirmaba que, en concordancia con la política de máxima equidad
promovida por el Gobierno socialista, el programa bilingüe pasaría a ser de
obligada aplicación ante todo el alumnado. En segundo lugar, y dado que no
habría suficientes recursos para suplir este extraordinario incremento del
número de estudiantes matriculados, sólo debería darse una materia en inglés
por curso, cuando hasta ahora la mayoría de centros con oferta bilingüe
imparten en este idioma entre dos y tres asignaturas a cada nivel. En tercer y
último lugar, con el fin de no dificultar el aprendizaje a aquellos estudiantes
cuyo nivel de inglés fuese inferior a la media, el cincuenta por ciento del
currículum de la materia debería enseñarse en español, relegando la lengua
extranjera al otro cincuenta por ciento.
Conforme
se fueron sabiendo más datos, se descubrió además que la hora extraordinaria de
inglés que reciben los alumnos del programa (conocida popularmente como séptima
hora) sería eliminada, lo que fue interpretado por muchos como el golpe de
gracia que arruinaría definitivamente un
programa que lleva cerca de diez años de funcionamiento en Asturias y, con
ello, el arduo trabajo de muchos docentes por elevar el nivel de inglés de los
jóvenes de hoy en día. Los titubeos y las vacilaciones de la Consejería , que no fue
clara ni uniforme en sus explicaciones a sindicatos y centros educativos, así
como su ineficacia para frenar la alarma social que se estaba creando, llevaron
a la culminación de esta protesta con la convocatoria de una reunión, a la que
asistieron representantes de todos los institutos de la provincia adscritos al
programa, por la coordinadora del bilingüismo en el IES Doctor Fleming, doña
Carmen García Argüelles, que con gran vehemencia manifestó su postura de
incondicional apoyo al proyecto por el que ella misma luchó tantos años.
Durante
el mismo día en que tuvo lugar la reunión, portavoces de la Consejería se pusieron
en contacto con la directora del centro, doña Mercedes López de Abechuco,
tratando no de boicotear el encuentro (como después se dijo), sino de informar
con exactitud sobre cuáles eran los objetivos reales de la reforma que están
preparando.
Así,
hemos podido conocer que muchas de las cosas que se han dicho son falsas o que,
si bien pudieron figurar en un primer borrador del plan, fueron enmendadas con
celeridad. El programa bilingüe seguirá siendo voluntario, pero aquellos
centros que cuenten con recursos suficientes podrán admitir la matrícula de un
mayor número de alumnos por curso, hasta ahora fijada en cincuenta. El número
de disciplinas impartidas en inglés seguirá siendo indiferente, pero se
pretende que se fije con más precisión la cantidad de materia que se estudiará
en el idioma extranjero, que bien podrá serlo en su totalidad. En todo caso, lo
cierto es que la intención de la
Consejería de suprimir la séptima hora se mantiene, y un gran
número de profesores, frente a otros pocos que la consideran inútil e
innecesaria, considera que esto sería fatal para el programa, ya que una hora
extra semanal es muy provechosa, y es fundamental que el estudiantado tenga el
máximo contacto diario con el idioma.
De
momento, en el IES Fleming se sucede ya la quinta promoción bilingüe, habiendo
la primera de ellas obtenido ya el título de ESO. Dos miembros de esta primera
promoción obtuvieron el pasado año sendas becas para cursar primero de
Bachillerato en Canadá, en el año lectivo 2013/2014.
Hecho por: Carlos Usano y Olaya Alonso
Fuentes: La Nueva España