Es obligado hacer mención a las dos joyas del Pre-Románcio, Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo, a media hora andando del centro de la ciudad. Por no hablar del campo San Francisco, un espacio verde en el centro de la ciudad, donde conviven animales y personas en perfecta armonía; los pavos reales campando a sus anchas por las calles centricas de la ciudad...El estanque de patos,¡Y Mafalda! una nueva estatua que sólo hay en 3 ciudades de todo el mundo.
Si tedas una vuelta por el Oviedo antiguo puede apreciar como se mantiene la estructura tradicional de la ciudad en sus inicios yla belleza de esta misma: el ayuntamientio, la calle Mon, Cimadevilla... son claros ejemplos.
En conclusión todo ovetense debe sentirse orgulloso de serlo y salir un día a fijarse en los encantos de nuestra ciudad, que no son pocos.